sábado, 13 de marzo de 2010

El método Barruel: Sangre, sudor y ácido sulfúrico


Un artículo de "Exapamicrom "






En los comienzos de la medicina legal los científicos trataron de resolver dos problemas fundamentales asociados con el estudio de la sangre. El primero era poder descubrir, una vez pasado cierto tiempo, si ciertas manchas eran de sangre o no. El segundo consistía en determinar si la sangre era humana o no, ya que en muchas ocasiones la aparición de manchas de sangre frescas eran justificadas por los sospechosos como el resultado del sacrificio de un animal.

En 1829, el francés Barruel creyó haber descubierto un método para distinguir la sangre humana de la animal. Con él llamó la atención general. Cuando, en el transcurso de un experimento, Barruel hirvió sangre de buey en ácido sulfúrico, creyó percibir un típico olor a establo de vacas. Poco después trató con ácido sulfúrico la sangre de un suicida. Y entonces -según una crónica de la época- notó “un olor tan fuerte a sudor humano, que Barruel se vió obligado a abandonar el laboratorio durante unos minutos”. Posteriormente, el francés fue desarrollando un sistema de olores: con el ácido sulfúrico, la sangre de hombre producía un olor típico “a hombre”, y la de mujer olería a sudor femenino; la sangre de cordero se caracterizaría, naturalmente, por el olor a lana, y la de cerdo, por el olor a pocilga; la sangre de rana tendría el olor característico de los juncos que rodean los pantanos. El método de Barruel, considerado con toda seriedad durante bastante tiempo, acabó por resultar falso.

Más información:

La explicación del método Barruel es el resumen ofrecido por Jürgen Thorwald en El siglo de la investigación criminal. Pueden leer más sobre este método en las publicaciones médicas que se hicieron eco del descubrimiento, por ejemplo The Edinburgh medical and surgical journal (vol. 33, 1830. pag. 214 y ss.), y New York Medical and Physical Journal (vol. II, 1830, pag. 427 y ss.)

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto me recuerda a un artículo de la revista Scientific American que leí hace muchos años. Hablaba de un investigador francés –cuyo nombre no recuerdo-- de fines del siglo XIX o principios del XX que había descubierto unos rayos emitidos por algunas partículas que explicaban algunos fenómenos hasta entonces inexplicables. Con el tiempo su descubrimiento no pudo ser confirmado y su teoría y descubrimiento empezaron a ser refutados. El se aferró. Dejó de ir a congresos y reuniones y empezó a enviar a sus estudiantes por delante para defender su teoría y antes de caer en el olvido afirmó que los rayos que él había descubierto sólo podían ser percibidos por los latinos. La verdad no creo tener la revista todavía en mi poder pero si alguien pudiera ampliar el dato sería bueno.

Publicar un comentario